martes, 28 de abril de 2009

La conferencia

(Segunda y última parte)

- Gracias preciosa…ya saben, soy de esos muchachos de las vieja escuela y no utilizo Power Point…veamos que tenemos aquí…Les quiero pedir, les quiero rogar, que se fijen en la linea roja punteada que aparece en esta gráfica… ¿la ven todos ustedes? ¿Alcanzan a verla los que están sentados en las últimas filas?.... (Suena un “sí” bastante poco audible)…correcto…esta línea muestra la relación existente entre “cantar la canción” y “llover”. ¿Cuál es el tipo de relación que pudimos establecer? Pues bien, una relación “directa”…es decir, cuanto más se canta, más llueve. Esto no quiere decir que si no se canta la canción no llueve o que siempre que se canta llueve. Es una relación basada en la probabilidad, eso es todo. Es decir, si usted o sus hijos fueran españoles y se pusieran a cantar la canción – digo “españoles” porque el universo maestral era de españoles, no me quiero atrever a extrapolar- habría más posibilidades de que iniciase un chubasco que si no se pusieran a cantarla. La base muestral de este estudio fue de un universo de 3,724 grupos de cuatro niños cada grupo, de cinco punto cinco años de edad como promedio cada niño, que cantaron la canción en días alternos en frecuencias crecientes a razón de dos veces el primer día, cuatro el segundo y así sucesivamente hasta llegar a veinte. La hora del canto se distribuyó homogéneamente entre las 24 del día, incluyendo las de la noche, pese a los inconvenientes que esto supuso en términos de tener que despertar a algunos grupos de niños a las cinco de la mañana. La distribución geográfica de los grupos reflejaba la distribución poblacional del territorio español monolingüe. La distribución de sexos, color de pelo, coeficiente intelectual y otras características básicas, incluidos el nivel socioeconomómico de los niños y sus tendencias sexuales (en los casos en los que ya tenían tendencias sexuales claras) fueron también tomados en consideración a la hora de fijar el universo muestral…se pudo comprobar que las posiblidades de que llueva en un lapso inferior a dos minutos después de terminar de cantar la canción son exactamente un 0,32 por ciento superiores a las posibilidades de que llueva en un momento dado sin que ningún grupo cante la canción. Curiosamente, si la canción es cantada por un grupo de poder socioeconómico alto, como hijos de altos funcionarios públicos o de banqueros, la probabilidad aumenta exponencialmente hasta un doscientos por cien. Las consecuencias de esta relación son evidentes: Uno, el canto de los niños propicia la lluvia, y dos, el canto de los niños ricos propicia todavía más lluvia. ¿Alguna pregunta?...OK…continuo…Lucy, ¿podrías cambiar el panel?

(Lucy coloca un panel con fotografías de niños cantando).

- La otra relación interesante que logramos establecer es que las posibilidades de que llueva no dependen de la identidad de los niños, es decir, las diferencias entre grupos fueron mínimas, y cuando mezclábamos niños de grupos diferentes obteníamos resultados muy semejantes- excepto el mencionado caso del poder adquisitivo de la familia del niño. Otro dato revelador es que, aunque en España no existe una temporada de lluvias en cuanto a tal, y los índices de pluviosidad varían fuertemente de unas regiones a otras, decidimos cruzar los datos de estos índices con los resultados de nuestro muestreo con los niños cantores y el resultado fue que allí dónde menos llueve en primavera, es dónde mejores resultados de lluvia se lograron cantando la canción, con la salvedad del mes de marzo. En invierno la relación era la opuesta. En cuanto a los datos para el otoño y el verano, los recortes presupuestarios nos impidieron consolidar resultados. La religiosidad de los niños se reveló como un factor inocuo a la lluvia, pese a que la cancioncilla pide la lluvia a la Virgen- presumiblemente la Virgen María, como saben adorada por los católicos-…No quiero prolongar mucho más esta breve exposición…además, antes de entrar en otros detalles quisiera darles la palabra a ustedes y a sus preguntas, que sin duda serán fascinantes. Sólo quisiera añadir algo más: No hemos encontrado una respuesta que explique con suficiente fundamento la relación que logramos establecer entre el hecho de cantar la canción y que llueva. Por eso, hemos catalogado este fenómeno como un “FRCCD” – Fenómeno de Relación Cierta de Causa no Determinada”.


(Foto: Luis Echánove)

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