Los domingos a mediodía el mundo renace de nuevo. Escucho una vieja canción. Recuerdo esa tarde en una terraza de la calle Arturo Soria, hace ahora veinte años, con Alicia. El tiempo no es lineal. Hay bucles, enredos en el laberinto de la vida, que te permiten a veces deshacer con la mente el camino andando y recordar, gracias a una canción, a una imagen, a un aroma, lo que fue y ya no es. Y entonces vuelve a ser otra vez.
Foto: Luis Echanove
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