lunes, 10 de marzo de 2008

Gusanitos naranjas

La pobreza de los países es por lo general directamente proporcional al destiñe de sus gusanitos. Estas chucherías, cuando te las comes en países muy pobres, como Nicaragua o Filipinas, colorean tus dedos con un tono butano intenso difícil de quitar ni con muchas frotadas de jabón. En países de desarrollo intermedio, como Turquía o la España de cuando éramos pequeños, los gusanitos sueltan partículas naranjas que, aunque incómodas, se sacuden con relativa facilidad y no pringan demasiado. Finalmente, los países altamente desarrollados han logrado el milagro de los gusanitos sin mácula: te los comes y no te manchas los dedos de naranja. El Banco Mundial, tan experto como es en soluciones contra la pobreza, debería desarrollar estudios para analizar si la fórmula inversa también funciona, esto es: Si produciendo gusanitos que no destiñen se puede conseguir el progreso de una nación.

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