La pobreza de los países es por lo general directamente proporcional al destiñe de sus gusanitos. Estas chucherías, cuando te las comes en países muy pobres, como Nicaragua o Filipinas, colorean tus dedos con un tono butano intenso difícil de quitar ni con muchas frotadas de jabón. En países de desarrollo intermedio, como Turquía o la España de cuando éramos pequeños, los gusanitos sueltan partículas naranjas que, aunque incómodas, se sacuden con relativa facilidad y no pringan demasiado. Finalmente, los países altamente desarrollados han logrado el milagro de los gusanitos sin mácula: te los comes y no te manchas los dedos de naranja. El Banco Mundial, tan experto como es en soluciones contra la pobreza, debería desarrollar estudios para analizar si la fórmula inversa también funciona, esto es: Si produciendo gusanitos que no destiñen se puede conseguir el progreso de una nación.
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Enlaces y desenlaces
- Articulo sobre los cultivos transgénicos, El País, 2016
- Entrevista en el Georgian Journal, 2015
- Viñetas didácticas sobre agricultura, 2014
- Condecoracion con la Orden del Toisón de Oro, Georgia, 2015
- Articulo de la FAO, 2009
- Entrevista despues del huracan Katrina, Filipinas, 2009
- Articulo sobre cambio climático y bosques, Filipinas, 2009
- Recuento de cooperantes en el mundo, ACP, 2005
- Articulo sobre Palestina en El Pais, 2001
- Articulo sobre Guatemala, 1997
- Breve sobre guerra de Los Balcanes, El País, 1995
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