jueves, 17 de enero de 2008

Lectura

Estás leyendo. Siempre. A veces lees libros. Otras veces sentimientos. O colores, o sueños.
Miras las cosas y, al verlas, las estás leyendo. Porque, para tus ojos mágicos todo está escrito, en caracteres diversos, con alfabetos dispares, pero escrito siempre. Contemplas un árbol y lees en los surcos de sus ranuras. Observas el mar y traduces el significado de sus olas, redactado en su abecedario de espumas. Y hablas, y ríes, y lloras, y sigues leyendo, leyendo siempre, leyendo caras, leyendo sonrisas, leyendo lágrimas. Por eso escribo yo, para que tú me leas.

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