viernes, 17 de septiembre de 2010

La visita del casero (y 2)

Anteayer cenamos con nuestro casero. Nos citamos en un restaurante tradicional, con esplendidas vistas sobre el río y la ciudad antigua. Enormes grupos de comensales compartían largas mesas, dedicados a los habituales brindis y consecuentes discursos que marca el ritual local.

George se presentó acompañado de una celebre estrella de la televisión georgiana. Elegante, glamorosa y con una penetrante y perspicaz mirada, la celebre artista contó que hasta hace un tiempo presentaba un programa televisivo en el cual reconvertían a humildes cenicientas locales en autenticas princesas, a base de vestirlas y maquillarlas con estilo. Nos habló también de su reciente separación de un millonario libanés, cuya actual novia estaba en orden de arresto por la Interpol por secuestrar en Estados Unidos a un hijo de su matrimonio anterior.

Mas tarde nos dijeron que la bella presentadora había comenzado su carrera en los inicios del destape post soviético.

George escogió un vino orgánico y de supuestas propiedades espirituales (y no solo espirituosas) para acompañar el menú, con vistas a garantizar, dijo, energías positivas durante la cena. Desconozco en cambio el efecto que sobre nuestro espíritu pudieron tener los abundantísimos platos de sesos de cordero, pinchos morunos y demás sobredosis de colesterol que nos regalamos aquella noche.

George permaneció más bien taciturno durante la cena, tal vez porque, al encontrarnos en primera fila junto al escenario sobre el que los siempre ruidosos bailarines georgianos ejecutaban sus cabriolas, oírnos de una lado a otro de la mesa resultaba a veces una autentica proeza. Como suele ser habitual, en cierto momento los danzantes blandieron sus espadas e iniciaron una lucha rítmica, golpeando ferozmente los escudos de sus adversarios, hasta producir chispas con los filos. Mi mayor temor era que alguna de aquellas dagas saliera volando y terminara clavándose en el plato de sesos de cordero, salpicando mi camisa filipina.

Pese al jaleo ensordecedor, George puedo al fin contarnos algunos detalles más de su pintoresca biografía, incluido su papel en la época de la creación de grupos paramilitares en la Georgia de los años de la guerra y el papel jugado por las sociedades secretas, de las que tan amigos son los georgianos, en el colapso de la Unión Soviética. También nos explicó su nuevo proyecto para comercializar un recipiente cilíndrico de su invención, que incrementa el contenido del Rh del agua a base de imanes y metales. Su amiga la actriz ya poseía uno, del que bebía copiosamente a lo largo de la cena.

Solo al día siguiente supimos que acbábamos de cenar con una de las supuestas amantes del presidente.


Foto superior: Vista del Caucaso, Juan Echanove. Foto inferior, la actriz Ia Parulava

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