Roberto Mangabeira, profesor en Harvard, ministro de asuntos estratégicos de Brasil y probablemente el teórico de la izquierda más lúcido y coherente en el momento presente, escribió antes de ser nombrado responsable de tan extravagante cartera, un articulillo sobre España de impresindible lectura en estos momentos de crisis.
El ensayo se llama "España y su futuro" y en él, el maestro brasileño nos habla, en clave unamuniana (a Mangabeira parece también dolerle España) de ese lamentable proceso sufrido por nuestro país en la ultima década y media que ha conllevado un aumento abismal de la inequidad social. En los ochenta éramos la nación de Europa con una clase media más amplia y menores diferencia sociales entre ricos y pobres. Ahora, tras los años de especulación inmobiliaria, negócietes fáciles en América Latina y consecuente botín bancario, crack del sistema educativo y tropelías del autonomismo caciquil, los ricos son muchísimos más ricos y la clase media vive ahogada entre hipotecas y atenazada por el pánico al paro. Mangabeira no toca todas las (muchas) dimensiones del problema, se centra sobre todo en el desembarco inversor español allende los mares y la catastrófica miopía de las grandes empresas españolas en la aventura transatlántica. No obstante, el artículo acierta proponiendo el tipo de medidas radicales (en el mejor sentido del término) necesarias para profundizar en la democracia.
El ensayo se llama "España y su futuro" y en él, el maestro brasileño nos habla, en clave unamuniana (a Mangabeira parece también dolerle España) de ese lamentable proceso sufrido por nuestro país en la ultima década y media que ha conllevado un aumento abismal de la inequidad social. En los ochenta éramos la nación de Europa con una clase media más amplia y menores diferencia sociales entre ricos y pobres. Ahora, tras los años de especulación inmobiliaria, negócietes fáciles en América Latina y consecuente botín bancario, crack del sistema educativo y tropelías del autonomismo caciquil, los ricos son muchísimos más ricos y la clase media vive ahogada entre hipotecas y atenazada por el pánico al paro. Mangabeira no toca todas las (muchas) dimensiones del problema, se centra sobre todo en el desembarco inversor español allende los mares y la catastrófica miopía de las grandes empresas españolas en la aventura transatlántica. No obstante, el artículo acierta proponiendo el tipo de medidas radicales (en el mejor sentido del término) necesarias para profundizar en la democracia.
España es hoy, a mi juicio, un país abúlico, con una clase política (a un lado y a otro de ese bipolarismo decimonónico que aun impera) carente de imaginación, de ideas y capacidad para generar un compromiso colectivo hacia un futuro mejor, donde los valores promovidos desde el Estado no sean los de la rapiña y el hacer el juego a la banca y al gran capital, sino los de la cohesión social.
Así comienza el artículo de Mangabeira…
'España es hoy un país sin un proyecto capaz de aprovechar su potencial. Existe un proyecto dominante en España, articulado por las elites y por los partidos. Pero es un proyecto que no sirve, porque no guarda relación íntima con las características más importantes y fecundas de la sociedad española. España, un país relativamente pequeño, se está convirtiendo, por culpa de la falta de imaginación de los que ocupan el poder, en un pequeño país (…)'.
Si queréis leerlo entero:
Así comienza el artículo de Mangabeira…
'España es hoy un país sin un proyecto capaz de aprovechar su potencial. Existe un proyecto dominante en España, articulado por las elites y por los partidos. Pero es un proyecto que no sirve, porque no guarda relación íntima con las características más importantes y fecundas de la sociedad española. España, un país relativamente pequeño, se está convirtiendo, por culpa de la falta de imaginación de los que ocupan el poder, en un pequeño país (…)'.
Si queréis leerlo entero:
(Foto: Luis Echanove)
1 comentario:
¿ayende?
¿Qué ha pasado con nuestra muy hispánica elle?
Publicar un comentario