martes, 2 de diciembre de 2008

Días de la semana

Es curioso cuanto puede llegar a diferenciarse un domingo de un lunes.

Tengo visita, así que dediqué el día de ayer a recorrer algunas de los desconcertantes lugares que la ciudad de Manila puede ofrecer a un viajero ocasional. Pasamos la tarde en Serendra, un centro comercial al aire libre donde las tiendas de lujo se miran las unas a las otras entre la distancia de un cuidado bulevar decorado con fuentes, y por el que las familias ricas pasean a sus hijos acompañados de ejércitos de sirvientas en uniforme azul bien planchado. Entramos en un comercio extraño. Limpisimas vitrinas guardaban colecciones inverosímiles de soldaditos de plomo y personajes de ficción. Las reproducciones de cinco centímetros de los ratoncitos de la Cenicienta (made in Walt Disney) costaban vez y media el salario mensual de una de esas sirvientas de uniformes azules. Una zona de la tienda exhibía objetos para mascotas, tales como disfraces de Blancanieves para perros y bolsitas de comida de gatos a precio de dos jornales de trabajo. De una de las paredes colgaban fotos de una reciente celebración de chihuahuas en la que los animalillos disfrutaron de un buffet de croquetas de sabores y pastelitos variados.


Hoy, lunes, llevo en la oficina todo el día revisando una solicitud urgente de ayuda alimentaria y semillas mejoradas de arroz para su distribución a varios cientos de miles de granjeros en extrema pobreza.
(Foto: Luis Echanove)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente! Es increíble que saques tiempo para todo. eva