jueves, 13 de diciembre de 2007

El recolector de cromos

Ahora
Hay unos tiempos mágicos en la vida de cada quien, dispersos en el entramado de calles de nuestras vidas. Son segundos vacíos de palabras y colmados de sensaciones sin nombre. Como un temblor en la mirada antes de llorar. Como una canción dolorosa. Como una sonrisa que nunca se terminó de dibujar pero estalló íntimamente.

Los filósofos buscaron durante siglos la esencia de las cosas. Los científicos atrapan moléculas con cañones de neutrones. Pero esta mañana de sábado la esencia del tiempo, diluida en el calor siempre estival de esta ciudad de rascacielos, se ha posado en la palma de mi mano.
(foto: Luis Echanove)

1 comentario:

Anónimo dijo...

buenisimo buenisimo buenisimo. En cualquier caso ya sabes que soy tu admirador número 1