Cuestión de caracteres
Miras al cielo y no ves nada, el resol clarea tu vista. Detienes la mirada en la pantalla, un minuto más, una hora más, un día más.
Ya nada es firme, nada existe con certeza, salvo esos caracteres Times New Roman que tanto detestas, o que tanto amas, quien sabe. Es el final de algo, o tal vez el principio, pero un cambio esta por suceder. Lo sabes porque, de algún modo, los márgenes de la página han sido trastocados y el formato del párrafo ya no es igual.
Y ahora escribes en letra Arial, o en Book Antiqua, incluso en Comic Sans MS. Y sabes –porque el ordenador te lo ha dicho- que tu vida es un error, que todo es mentira, que lo único que existe, al fin y al cabo, son los caracteres en tu texto.
Ya nada es firme, nada existe con certeza, salvo esos caracteres Times New Roman que tanto detestas, o que tanto amas, quien sabe. Es el final de algo, o tal vez el principio, pero un cambio esta por suceder. Lo sabes porque, de algún modo, los márgenes de la página han sido trastocados y el formato del párrafo ya no es igual.
Y ahora escribes en letra Arial, o en Book Antiqua, incluso en Comic Sans MS. Y sabes –porque el ordenador te lo ha dicho- que tu vida es un error, que todo es mentira, que lo único que existe, al fin y al cabo, son los caracteres en tu texto.
(Foto: Luis Echanove)
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