'Pequeñas tretas para continuar en la brecha. Me siento hoy como un halcón llamado a las filas de la insurrección' (El Ultimo de la Fila)
Una viejecilla, harta de sufrir los socavones en la acera de su ciudad, decidió cubrirlos con hovillos de lana de colores. La frase que acabo de escribir podría dar inicio a una fábula, pero el hecho es rigurosamente cierto. Con su aparentemente ingenua acción, la pensionista ha logrado, al mismo tiempo, llamar la atención de las autoridades municipales sobre el deplorable estado de las calles y, a la vez, producir una variedad de arte espontáneo maravilloso. Las madejas de hilo con que cubre los agujeros callejeros dan forma a una especie de tapiz abstracto, luminoso y brillante. En medio de la fealdad del deteriorado adoquinado, la explosión de color de la lana y su textura suave, producen un efecto de contraste sorprendente.
Con su pequeño acto de pacífica rebeldía urbana, la creativa anciana da una lección de ética ciudadana y lanza un mensaje de esperanza: una ciudad de escala humana es posible.
Una amiga me ha enviado una colección de imágenes de algunas de las papeletas de votos nulos emitidos en las recientes elecciones municipales en España. Muchas son verdaderas piezas del arte del inconformismo: réplicas literales de papeletas autenticas con nombres de candidatos de pega, poemas escritos en papelitos, hojas de árboles introducidas con primor en los sobres electorales… son también ejemplos de ese grito silencioso de quienes no se conforman con una sociedad cuyo único objetivo es el lucro y el consumo. Un grito estético, un grito pacifico, un grito desde lo mejor de nosotros mismos.
El surrealismo es, muchas veces, el arma más potente para el cambio. Cuando ya no te escuchan, cuando tu voz ya no cuenta, siempre queda la opción de votar al pato Donald o de cubrir con lana de colores los baches de tu barrio.
Con su pequeño acto de pacífica rebeldía urbana, la creativa anciana da una lección de ética ciudadana y lanza un mensaje de esperanza: una ciudad de escala humana es posible.
Una amiga me ha enviado una colección de imágenes de algunas de las papeletas de votos nulos emitidos en las recientes elecciones municipales en España. Muchas son verdaderas piezas del arte del inconformismo: réplicas literales de papeletas autenticas con nombres de candidatos de pega, poemas escritos en papelitos, hojas de árboles introducidas con primor en los sobres electorales… son también ejemplos de ese grito silencioso de quienes no se conforman con una sociedad cuyo único objetivo es el lucro y el consumo. Un grito estético, un grito pacifico, un grito desde lo mejor de nosotros mismos.
El surrealismo es, muchas veces, el arma más potente para el cambio. Cuando ya no te escuchan, cuando tu voz ya no cuenta, siempre queda la opción de votar al pato Donald o de cubrir con lana de colores los baches de tu barrio.
(Foto: Ignacio Huerga)