Hay que rebuscar con ahínco en la enorme biblioteca para dar con el relato. Es un libro corto; casi un folleto; apenas unas cuartillas cosidas, protegidas en guardas de hule y cerradas con una goma elástica. Parece un cuaderno escolar, o el diario aburrido de un tipo cualquiera. Escrito en la cubierta, en tinta azul pálido, puede leerse: "Método preciso para desempeñarse bien en la tarea de transcurrir". Y como nunca se ha encontrado ese librito y, aun de encontrase, nadie lo leería, vive desvalida la humanidad toda, sin una guía clara que de sentido a sus transcurrires.
(Foto: Nacho Huerga)
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