Me has hecho tu rehén, Olalla. Ríes sin cesar, quebrada de felicidad, rendida a mis cosquillas, como un junco bailando al viento. Me has hecho tu rehén, sí. Soy ya víctima eterna de tus ojos alegres, hasta el fin de mis días.
(Foto: Helen De la Torre)
No hay comentarios:
Publicar un comentario