Carmen, has venido otra noche más a lanzarte de bruces a nuestra cama. Tu madre lee a mi lado, y el corto espacio entre los dos lo ocupas ahora tú, recogida en un ovillo, en pijama, durmiendo sin dormir. Hemos llegado tarde. Una cena de trabajo. Y aquí estás tú ahora. Esperando sólo que te llevemos a tu habitación de nuevo.
(Foto: Helen De la Torre)
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