-Hay muy pocas posibilidades de que todo termine bien-.
Julián arrojó su sentencia deleitándose en la pronunciación de cada palabra, de cada letra. Los demás nos quedamos atónitos. Ana, tal vez la más proclive a las influencias ajenas, dejó asomar por el rostro una lágrima breve y rítmica, como la frase de Julián. Los demás apenas mudamos la faz. Si existiesen cámaras fotográficas capaces de reproducir lo que se piensa, tal vez más de uno se habría sorprendido contemplando la imagen que el conjunto de nosotros podía ofrecer en aquel momento. Matías, Nuria y Rafael intentaban recordar momentos vividos en aquellos días de locura. Las neuronas de Daniel lamían con pericia las heridas de su mente dañada. El otro Rafael repetía interiormente la frase de Julián, como si se tratara de una letanía con poder curativo.
Transcurrió un lapso de tiempo cuya duración, meses después, ninguno de ellos se atrevería a reconocer. Finalmente Julián tomó de nuevo la palabra. Lo hizo con esa calma suya tan desagradable pero tan fiel a sus principios morales.
- Ya sabíais a lo que se exponíais cuando os apuntásteis.
Ana lloró de nuevo, acompañándose ahora de un sollozo quedo, de esos que sirven para delatar un resfriado ligero. Los pensamientos de Matías, de Nuria y de Rafael discurrieron por sendas diferentes. Matías cayó en la trampa tendida por Julián. Nuria se debatía entre odiar a Julián por regodearse de ese modo, justificándose con algo que ya todos conocían de antemano. Rafael dejó su mente en blanco. En cuanto a Daniel, ahondó en su resquemor eterno. El otro Rafael continuaba masticando la primera frase.
El silencio de todos elevó la dosis de arrogancia de Julián.
- ¿Acaso pensabais que esto era algo sencillo? Hacedlo de una vez…¡coño!
Entonces Daniel secó del cinturón el revólver reglamentario que la productora del programa le dio antes del primer rodaje y disparó, y al instante Nuria, Matías y los dos Rafaeles imitaron su ejemplo. Julián convulsionaba en el suelo, encharcado en sangre. Las cámaras tomaban primeros planos.
El primer eliminado en “Selección Natural”, el programa estrella de Tele Ocho, se retorcía entre estertores sobre el plató. “Esto va a ser éxito rotundo de audiencia” vociferaba el realizador a sus ayudantes.
Julián arrojó su sentencia deleitándose en la pronunciación de cada palabra, de cada letra. Los demás nos quedamos atónitos. Ana, tal vez la más proclive a las influencias ajenas, dejó asomar por el rostro una lágrima breve y rítmica, como la frase de Julián. Los demás apenas mudamos la faz. Si existiesen cámaras fotográficas capaces de reproducir lo que se piensa, tal vez más de uno se habría sorprendido contemplando la imagen que el conjunto de nosotros podía ofrecer en aquel momento. Matías, Nuria y Rafael intentaban recordar momentos vividos en aquellos días de locura. Las neuronas de Daniel lamían con pericia las heridas de su mente dañada. El otro Rafael repetía interiormente la frase de Julián, como si se tratara de una letanía con poder curativo.
Transcurrió un lapso de tiempo cuya duración, meses después, ninguno de ellos se atrevería a reconocer. Finalmente Julián tomó de nuevo la palabra. Lo hizo con esa calma suya tan desagradable pero tan fiel a sus principios morales.
- Ya sabíais a lo que se exponíais cuando os apuntásteis.
Ana lloró de nuevo, acompañándose ahora de un sollozo quedo, de esos que sirven para delatar un resfriado ligero. Los pensamientos de Matías, de Nuria y de Rafael discurrieron por sendas diferentes. Matías cayó en la trampa tendida por Julián. Nuria se debatía entre odiar a Julián por regodearse de ese modo, justificándose con algo que ya todos conocían de antemano. Rafael dejó su mente en blanco. En cuanto a Daniel, ahondó en su resquemor eterno. El otro Rafael continuaba masticando la primera frase.
El silencio de todos elevó la dosis de arrogancia de Julián.
- ¿Acaso pensabais que esto era algo sencillo? Hacedlo de una vez…¡coño!
Entonces Daniel secó del cinturón el revólver reglamentario que la productora del programa le dio antes del primer rodaje y disparó, y al instante Nuria, Matías y los dos Rafaeles imitaron su ejemplo. Julián convulsionaba en el suelo, encharcado en sangre. Las cámaras tomaban primeros planos.
El primer eliminado en “Selección Natural”, el programa estrella de Tele Ocho, se retorcía entre estertores sobre el plató. “Esto va a ser éxito rotundo de audiencia” vociferaba el realizador a sus ayudantes.
(Foto: Luis Echanove)
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