Una vez más la luz del sol borró la noche más rápido de lo que hubiera deseado. Se sentía inquieto. A decir verdad, todos en la ciudad lo estaban. Esa inquietud se alimentaba a sí misma, crecía y crecía de conversación en conversación. Hay una forma de ruido que modifica de modo extraño la cadencia de lo real. Ningún otro sonido resulta nunca tan poderoso. Y ahora por fin habían escuchado esa señal intempestiva.
(Foto: Luis Echanove)