¿Han aumentado las muertes por suicidio tras la crisis?
Una noticia recurrente en los medios de
comunicación, y que finalmente se ha convertido casi en un lugar común en las
conversaciones cotidianas, es que los suicidios han aumentado masivamente en
España desde que estalló la crisis económica. Decidido a averiguar un poco más sobre este
asunto, me he puesto a contrastar datos oficiales, noticias y demás
informaciones al respecto, y la conclusión a la que he llegado es inequívoca:
Es una burda patraña, una pura invención mediática, convertida, por el morbo
social, en dogma callejero.
En el año 2009, la prestigiosa revista médica
The Lancet publicó un estudio estadístico basado en datos de veintiséis sociedades occidentales, conforme al cual la
tasa de suicidio aumenta como promedio en un 0.8% por cada punto de incremento
en la tasa de desempleo. En el momento
de la publicación del artículo resultaba aun prematuro verificar si esta
diabólica correlación histórica se cumpliría o no en el caso de la crisis
económica actual, por entonces recién comenzada.
En 2011, The Lancet repitió el análisis, en
esta ocasión con los datos correspondientes a los dos primeros años desde el
estallido de la debacle financiera. Desgraciadamente en la mayor parte de los
casos confirmaron punto por punto los resultados previstos. En casi todos los
países estudiados el numero de suicidios se incrementó, y precisamente en la
proporción indicada conforme a esa perversa correlación matemática. España no
era una excepción en cuanto al aumento: En 2008 y 2009 el número de personas
que se quitaron la vida creció en la Piel de Toro, tras años de descenso. Los
medios de prensa españoles se hicieron profusamente eco de la triste noticia
aunque, curiosamente, omitieron mencionar que en realidad en el caso español
ese incremento era muy inferior comparado a lo que cabría esperar en relación
al impacto de la crisis. España era, de hecho, una de las pocas excepciones a
la tesis de The Lancet: aunque el paro se desbocaba y la economía se hundía, el
aumento de los suicidios era marginal (del 3% únicamente); nada que ver con los
casos de Grecia (aumento del 24%), Italia (52%) o Irlanda (16%).
Ya se sabe que las buenas noticias no venden, así que no es extraño que a la prensa no diera eco al hecho de un año después, 2010, contra todos los augurios, y pese a que la crisis se seguía cebando brutalmente con nuestro país, el numero de suicidios en España en lugar de crecer, disminuyó, y además de forma muy significativa. Frente a 3,429 auto-homicidas en 2009, 2010 registró 3,145 muertes de este tipo…la cifra mas baja en los últimos 17 años. No obstante, los medios encontraron el modo de inventar morbo donde no la había y un titular sorprendente se hizo hueco en muchas cabeceras: 'El numero de suicidios supera por fin (¡sic!) al de muertos en accidentes de trafico'. El dato en sí era cierto, pero no porque la auto inmolación se estuviese propagando como una plaga, sino porque, afortunadamente, las muertes en la carretera habían continuado descendiendo en ese año.
En 2011 hubo mas suicidas que el año
anterior…pero el aumento fue estadísticamente insignificante, de apenas un
0.7%. La prensa no se molestó en informar sobre este dato, tal vez porque no
casaba con el alarmismo que ella misma había propagado.
Lo que en verdad ha aumentado en España
desde el estallido de la crisis, y exponencialmente, es el volumen de
información sobre los casos concretos de suicidios y con ello, por tanto, la
percepción social que se tiene sobre la dimensión del problema. Sí alguien se
quita la vida por un despecho amoroso, un arrebato esquizofrénico o una crisis
de adolescencia lo más probable es que su caso no parezca en las noticias (*). Pero si tras un desahuciado un
parado de larga duración se mata y deja
una nota culpando al banco de su muerte, es seguro que su deceso tiene cobertura mediática.
La crisis que sufre España ha
agrandado brutalmente la brecha social y ha hecho crecer la tasa de pobreza de
forma insoportable. Ha generado y genera un sufrimiento enorme, un incremento
de las depresiones, del estrés y del dolor. Ha llevado incluso a muchas
personas quitarse la vida debido a lo insostenible de su situación
socioeconómica. Este inmenso caudal de
sufrimiento es ya de por si lo bastante grande como para que haya necesidad
de exagerarlo.
Afortunadamente, el suicidio, en
España, no ha crecido lo que muchos pregonaban…digan lo que digan los medios.
(Fotos: Luis Echanove)
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(*) La prensa, al menos en España, no considera que
los suicidios deban ser noticia. Hay varias razones para ello: Por un lado, para
evitar el supuesto efecto ''llamada' en personas proclives a quitarse la vida;
por otro, porque es un fenómeno tan habitual que es incluso cuestionable considerar
que haya en ello algo noticioso o de interés general (salvo que el finado sea un
personaje celebre; finalmente, tabúes culturales hacen que socialmente se
considere este el suicidio propio del ámbito más intimo.
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