Derrota a Francia. Al día siguiente, en un restaurante, un grupo de amigos galos se ponen de pie cuando entras, aplauden y vitorean' ¡sois los mejores! Victoria en penaltis sobre Portugal. Tus compañeros de oficina (georgianos, italianos, alemanes…de todas partes) de nuevo te felicitan, sonríen, y alguien te dice; '-que orgulloso debes estar de tu selección de futbol…son unos chicos maravillosos… eso es un equipo de verdad! -. Y entonces, por un momento, piensas en España y te olvidas de estos cuatro años de crisis brutal, de millones de parados y de tus amigos en empresas a apunto de quebrar (incluida mucha gente cercana a ti), y te olvidas también de la prima de riesgo, del ladrillazo y la burbuja, y del ruin jefe de los jueces que arañaba erario publico para pagar sus cenorras, y de ese rey irracional que mata elefantes mientras el reino se hunde, y de los políticos incompetentes, y de los alcaldes corruptos…te olvidas del Lazarillo de Tormes, de la picaresca, del 'ande yo caliente' y del 'salvase quien pueda' y te acuerdas, por un momento, de aquello de que 'todo esta perdido…menos la honra', y de que tu país también es esos muchachos jugando al futbol y su entrañable entrenador. Y entonces caes en la cuenta: hay esperanza, claro que hay esperanza.
(Foto: Luis Echanove)