No quieres recordarlo aunque sabes que es muy cierto: Hubo un tiempo en que pensabas que la vida era una carretera de doble dirección. Dar marcha atrás era tal vez peligroso, pero, a fin de cuentas, resultaba posible…o eso te decías a ti mismo. Y ahí estas ahora, tirado en la cuneta, mirando al muro que se levanta delante tuyo. No hay giro en 'u'. La única escapatoria –piensas- es esperar… ¿esperar a qué? Una voz interior te susurra;' bájate del coche idiota, y luego camina, e intenta trepar'. Pero no haces caso. Te quedas quieto. A ti la cuneta en el fondo te gusta.
Foto: Luis Echanove
2 comentarios:
La cuneta puede ser cómoda y confortable, si uno se pone y cultiva un jardín, pero no está cerrada, si te adentras descubres caminos escondidos, ese que esperas que te espera, que siempre ha estado y sigue allí, esperando a que lo andes. BESO, Chiky
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