En las recientes elecciones generales, en Murcia el PP obtuvo el 64% de los votos y el PSOE el 21%. Es decir: más de tres veces más (!!!). Esto la convierte no solo en la provincia de España con mayor porcentaje de votos al PP, sino también, y me juego un brazo, en la zona de Europa con una diferencia más abultada entre el primer y el segundo partido, en unas eleccione...s generales, desde la Segunda Guerra Mundial. Virtualmente esto coloca a Murcia en situación de casi partido único. En cualquier otro país de Europa Occidental un resultado así seria simplemente inverosímil.
Ni siquiera el PSOE de Felipe obtuvo jamás resultados tan bestiales en Sevilla y otros de sus graneros electorales, o el PP en la Galicia rural, por mencionar algunos ejemplos de cuasi monopolio absoluto del voto por parte de los grandes partidos en algunas zonas.
Otro ejemplo del fenómeno al que me refiero: En Marquina, el pueblo natal de mi padre, el 95% de los votantes optaron por opciones nacionalistas (Amaiur o PNV)…vamos, un porcentaje tipo referendum organizado por Quim Il Sung en Corea del Norte.
Yo nunca había visto unos resultados así en una democracia del mundo desarrollado. Tales diferencias son frecuentes en democracias débiles (como en Georgia) o en países subdesarrollados y con poca tradición democrática. Más allá de otros análisis, uno debe preguntarse cual es la madurez democrática de algunas regiones españolas para que se produzca una inclinación tan masiva del voto a una opción política determinada en exclusiva.
Llevamos 30 años de democracia a las espaldas, pero, mucho me temo, todavía nos queda un enorme recorrido por recorrer…
Democracia es sinónimo de pluralismo y balances de poder.
(Foto: Luis Echanove)
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