sábado, 12 de junio de 2010

Murmullo

Murmullo de río. Llegó un verano, y otro. Faltaba lluvia que colmar tu sed de muerte marina. Un verano más. Las montañas, desnudas de nieve, eran puro risco, amenazando al cielo con gritos en la garganta. El rugido del agua en el cielo no hizo el contrapunto a su voz guerrera.

Otro verano, y otro, a cual más seco. El río no era ya río, ni torrente siquiera. Era hilo avergonzado, salpicando sin dolor a los cantos de sus profundidades. Murió el musgo. Los cañaverales se doblaron del dolor y el cauce fue, al fin, cadáver.

Murmullo de río...tu estruendo no compite ya con el viento. Nadie moja sus pies en tus riveras.

Murmullo de río, murmullo muerto. El cielo venga hoy tu desdicha.

Un cordero ha muerto, atrapado por el rallo.

(Foto: Juan Echánove)

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