El 2 de mayo de 1808 fue una fecha trágica en la historia de España, cuando la plebe, azuzada por los cavernícolas de la iglesia y la Corte se lanzó a la calle a morir sin causa. Eso la hizo trágica, no 'la invasión' francesa.
No creo que Goya pretendiese en modo alguno, en su óleo maravilloso sobre los combates en la Puerta del Sol, honrar a héroes algunos, sino simplemente, dejar constancia de la barbarie absurda, de la atrocidad sin bandos ni colores. Sus Desastres de la Guerra, sin ir más lejos, reflejan crueldades de la soldadesca francesa a la par que brutalidad por parte de las guerrillas alzadas.
Es interesante pensar el recuerdo colectivo de 'invasor' que nos ha quedado de las fuerzas napoleónicas 1808, y que en cambio, la aventura de los Cien Mil Hijos de San Luis, en 1823, nunca sea vista como eso mismo, como otra invasión... solo que esta vez de corte ultraconservador. Cuando las fuerzas de la Ilustración de Francia entraron en España resulta que éramos invadidos, pero cuando quien nos llegaba de Francia eran las fuerzas del conservadurismo, entonces resulta que venían a liberarnos.
Lo único honroso de la respuesta Española a la Guerra de Independencia fueron las Cortes de Cádiz. Lo demás, desde el cura Merino al sitio de Zaragoza, fue puro sectarismo.
¡Vivan los afrancesados!
No creo que Goya pretendiese en modo alguno, en su óleo maravilloso sobre los combates en la Puerta del Sol, honrar a héroes algunos, sino simplemente, dejar constancia de la barbarie absurda, de la atrocidad sin bandos ni colores. Sus Desastres de la Guerra, sin ir más lejos, reflejan crueldades de la soldadesca francesa a la par que brutalidad por parte de las guerrillas alzadas.
Es interesante pensar el recuerdo colectivo de 'invasor' que nos ha quedado de las fuerzas napoleónicas 1808, y que en cambio, la aventura de los Cien Mil Hijos de San Luis, en 1823, nunca sea vista como eso mismo, como otra invasión... solo que esta vez de corte ultraconservador. Cuando las fuerzas de la Ilustración de Francia entraron en España resulta que éramos invadidos, pero cuando quien nos llegaba de Francia eran las fuerzas del conservadurismo, entonces resulta que venían a liberarnos.
Lo único honroso de la respuesta Española a la Guerra de Independencia fueron las Cortes de Cádiz. Lo demás, desde el cura Merino al sitio de Zaragoza, fue puro sectarismo.
¡Vivan los afrancesados!
(Foto: Ignacio Huerga)
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