Una noche en la pensión de Katmandú. Las imágenes de los templos y los colores chillones de los campos de arroz se arremolinaban en nuestras cabezas, fragilmente sostenidas por unos cuerpos cansados de caminar y malcomer. Por delante nos esperaban semanas y más semanas de vagabundeo entre olores de tandori, trenes nocturnos y laberintos de callejuelas en ciudades azules.
Una noche en la pensión de Katmandú. Con Rajastán y Deli a las espaldas y Benarés, Calcuta o Ladakh por delante. Una noche más, una noche menos, de un viaje al fondo de nosotros mismos.
(Foto: TrekEarth.com)
2 comentarios:
tus viajes son maravillosos, siempre te quedan bonitos recuerdos, prrecioso
tus viajes son maravillosos, siempre te quedan bonitos recuerdos, prrecioso
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