Hoy paseo flanqueado por los altos árboles que ensombrecen a sus hojas muertas.
Piso el camino viejo. Limpio el polvo de los setos con la mirada y levanto la vista al cielo azul y blanco que me maravilla.
Hoy son un negro trazo cruzando las franjas alternas que formal el camino de la realidad. Soy el alma de los troncos, el espíritu de las ramas que no se mueven. Hoy mis pasos tienen todos nombre propio.
Piso el camino viejo. Limpio el polvo de los setos con la mirada y levanto la vista al cielo azul y blanco que me maravilla.
Hoy son un negro trazo cruzando las franjas alternas que formal el camino de la realidad. Soy el alma de los troncos, el espíritu de las ramas que no se mueven. Hoy mis pasos tienen todos nombre propio.
(Foto: Ignacio Huerga)
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