Ha nacido mi hija. El viento sopla fuerte hoy en Madrid. Recogidos en la casa, escuchamos canciones de otro tempo y otro país. Y siento que otro viento, el de la vida, sopla también, en los ojos dormidos de Olalla, en la sonrisa de Juan, en las carreras de Carmen buscando curiosa unos columpios. La vida lo llena todo, surge, brota con fuerza, crece, se enrosca, a veces duele, otras estalla como un haz de luz al atardecer. La vida sobrevuela las calles de mi ciudad, navega por los cielos, se posa en las fotografías, en los objetos cotidianos, en los paisajes, en las conversaciones con los amigos, en los libros, en las canciones, en los momentos perdidos. La vida sobreviene, la vida impone su ingenuo mirar. La vida, al fin, también acaba, pero brota de nuevo, siempre, en las hojas de los árboles, en las crestas de las olas, en los ojos de Olalla, de Juan, de Carmen.
(Foto: Luis Echánove)