El aire mueve ligero las hojas
Un espacio infinito
me distancia del ayer
y del mañana.
Aquí, ahora, la luz tenue
de este instante lento
ilumina perezosa el mediodía,
posándose con cuidado
sobre el pasado.
No hay manera de explicarte,
que esta misma luz, corrió veloz
en otro tiempo, en otro lugar.
Los poemas nunca escritos
partían entonces raudos,
buscando un papel
donde hospedarse.
En otro tiempo, en otro ahora,
escondida tal vez
en el pliego
de esta luz oblicua,
se recogen el niño que eras,
el joven que fuiste,
el anciano que serás.
Atónita mirada,
bucle infinito.
Cuanto has tardado
en revelarte.